Rollos de amor

domingo, 18 de julio de 2010
 

Probar estos rollos, son especiales. La masa queda húmeda en el interior y son muy agradables de comer. Por fuera quedan más crujientes.


INGREDIENTES:
  • ¼ Kg. de harina
  • 2 vasos de agua (tamaño de ¼ de litro)
  • 1 vaso de aceite de girasol (tamaño de ¼ de litro)
  • 5 huevos
Se pone un cazo al fuego con el agua y el aceite cuando comience a hervir se añade la harina de golpe y se mueve un poco, se aparta del fuego y se va removiendo para que se mezclen bien los ingredientes. Se coloca de nuevo el cazo al fuego y se mantiene dando vueltas sin parar hasta que la masa forme una bola que se despegue de las paredes. Se aparta del fuego y se deja templar un poco.
A continuación se le añade uno de los huevos y se va dando vueltas hasta que la masa lo haya absorbido por completo, después se añade el siguiente y se hace lo mismo y así sucesivamente con el resto. Hay que hacerlo de uno en uno, porque cuantas más vueltas demos más fina quedará la masa.
Seguidamente se pone un papel vegetal en la bandeja del horno y se hacen montones con la masa, de un tamaño aproximado al de una cucharada sopera grande, no se deben poner más de seis montones por bandeja, ya que la masa hincha bastante y se pegarían unos a otros.
Ponemos un vaso con agua y nos humedecemos el dedo índice un poco, para evitar que la masa se nos pegue al mismo. A continuación formamos el agujero del rollo.

Se hace de la siguiente manera:
Moviendo el dedo en sentido circular y abriendo la masa hacia un lado y otro. La forma del rollo quedará desigual pero no importa, ya que de todas maneras cuando se cuecen no quedan uniformes.

Si los hacemos con horno de aire podemos colocar dos bandejas al mismo tiempo.
Se deben cocer en el horno previamente calentado a 250º, y el tiempo variará de un aparato a otro, pero aproximadamente estará entre 12 y 14 minutos. Deben quedar con un color dorado.
Cuando se retiren del horno hay que pasarlos a una rejilla para que se enfríen. Al servirlos se espolvorearán con azúcar glas (molida) que se echará a través de un colador fino de malla. Es mejor comerlos el mismo día que se hacen.



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