Tarta de queso y gelatina de fresa

miércoles, 20 de octubre de 2010


Esta tarta admite muchas variantes en cuanto al aspecto y color, ya que para la cobertura podemos usar gelatina de cualquier sabor: limón, naranja, piña ...
Podemos hacerla más gruesa o más fina, dependiendo del tamaño de molde que utilicemos.
En este caso he cogido uno de 29 cm. para que quedara finita, pero si la hacemos en uno más pequeño ganará altura y quedarán unas capas más gruesas.
También podemos ponerle fruta en almibar sobre el queso antes de verter la gelatina y le daremos un toque diferente.




  
INGREDIENTES:

Para la base:
100 gr. de galletas
80 gr. de mantequilla
2 ó 3 cucharadas de coñac

Para el relleno:
200 gr. de queso fresco de untar
200 ml. de nata
100 ml. de leche
1 sobre de cuajada
2 cucharadas soperas rasas de azúcar

Para la cobertura de gelatina:
1 sobre de gelatina de fresa
350 ml. de agua





Trituramos las galletas en una picadora, thermomix o machacándolas dentro de un paño limpio con el rodillo de las masas. Deshacemos la mantequilla en el microondas la incorporamos a las galletas junto con el coñac. Mezclamos bien la masa y la colocamos en un molde de los que se pueden desmoldar. Extendemos bien con una cuchara para que la base quede uniforme.

Introducimos en el horno precalentado a 190º y horneamos durante 15 minutos. Reservamos.





Colocamos en una cazuela la nata junto con el queso y el azúcar. Lo ponemos a fuego medio removiendo para que se vaya deshaciendo el queso.
Mientras tanto echamos la leche en un vaso y deshacemos el sobre de cuajada, removemos para que no queden grumos y cuando la nata con el queso esté bien caliente la añadimos. Removemos y cocemos todo junto durante un minuto. Reservamos y dejamos templar un poquito moviendo con unas varillas para que no haga costra.



A través de un colador, para evitar posibles grumos, volcamos esta mezcla sobre la base de galletas que hemos horneado. Dejamos enfriar en la nevera dos horas para que cuaje.

Mientras tanto preparamos la cobertura, para ello calentamos la mitad del agua y deshacemos la gelatina. Una vez esté totalmente disuelta le añadimos el resto del agua y dejamos templar a temperatura ambiente. Cuando veamos que está tibia la pondremos sobre la tarta con cuidado, sobre el reverso de una cuchara.

Hay que evitar verter la gelatina caliente sobre la mezcla de nata, queso y cuajada, ya que podría irse al fondo y al cortar la tarta no se apreciarían bien los tres colores.








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